La soldadura por resistencia por puntos ha sido usada en producción industrial desde alrededor de 1930 para unir hojas hechas de diferentes combinaciones de metales. Las aplicaciones se encuentran principalmente en la industria automotriz en la construcción de estructuras y vehículos, pero también en otras áreas del proceso de hojas de metal. La industria eléctrica usa la soldadura por resistencia por puntos para producir conjuntos de contactos para relés, conexiones de bobinas o condensadores. Con ciertas restricciones, también es posible unir materiales que de otra forma no serían adecuados para soldadura.